¿Un castillo en el cielo?

¿Un rascacielos de proporciones wagnerianas que… cuelga del cielo?

Creo que a Miyazaki le habría gustado la idea -basta con ver su maravillosa «El castillo en el cielo»- y, sin duda, este concepto bebe directamente del ascensor espacial imaginado por Arthur C. Clarke («Las fuentes del paraíso») y Charles Sheffield («La telaraña entre los mundos»), en el que algunas iniciativas privadas en USA llevan trabajando bastante tiempo. Desde luego, la «ANALEMMA TOWER», que es el nombre que recibe este proyecto de edificio a cargo del despacho de arquitectura neoyorquino Clouds AO (Clouds Architecture Office), se va a encontrar con los mismos problemas y dificultades en su gestación, que el citado ascensor a las estrellas. Ambos necesitarían ser anclados a un asteroide en órbita geosincrónica situado a más de 35.000 km de La Tierra, y aquí viene el problema (uno de muchos) del tipo de material del que debería estar hecho el cable que aguantaría esa titánica tensión y uniría ambos extremos… Hasta hace poco había esperanzas puestas en el grafeno pero varios experimentos recientes parecen convertirlo en inviable para ese propósito (al menos en un futuro cercano). En cualquier caso, mi más absoluta enhorabuena a Clouds AO por su enorme talento.

Y dejando la parte científica aparte y entrando en un terreno puramente especulativo, como amante de la buena ciencia-ficción que soy, este rascacielos me parece un elemento de una estética impecable y un trampolín para la creatividad. ¿Quién no soñaría con estar alojado en alguna de sus dependencias más elevadas, teniendo una visión única de nuestra planeta, mientras desayunas, tomas un baño o escuchas música? Soñar no cuesta nada. Soñemos…