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«Podríamos decir que ella es… EL CAOS EN MI ORDEN», afirma Sergio al referirse a Irene.
Seguramente, para que una relación salga adelante y sea duradera, las personas debamos tener una forma parecida de sentir, de ver las cosas, unos objetivos de vida similares y unos principios por los que nos rijamos parecidos… A lo anterior podemos añadirle el largo etcétera que se nos ocurra. ¿Es esto garantía de éxito para una relación? Pues la verdad es que no, pero ayuda. Igual de cierto es -y aunque pueda parecer contradictorio- que en una pareja necesitamos una dosis igual de poderosa de Yin y Yang, de nervio y calma, de fuego y agua, de noche y día, de orden y caos… que permita completar lo que le falta a cada miembro de la pareja, con lo que la otra persona le aporta. Vamos que, de alguna manera, las personas sean complementarias y al unirse se equilibren. Sin duda, todo lo anterior es teórico, y si bien no garantiza que una relación llegue siempre a buen puerto, al menos sube a la pareja al barco (que no es poco).
¿Y cómo es el barco de Irene y Sergio? Pues es un barco que, en primer lugar, conocen muy bien porque llevan mucho tiempo navegando en él. Es un barco que, en el pasado, visitó Italia y regresó con velas nuevas. Un barco que ha aprendido a navegar con viento a favor y con viento en contra, por mares planos como platos y atravesando tormentas que podrían asustar a Jack Sparrow. El barco de Irene y Sergio -a nada que se vengan arriba- podría convertirse en un arca de Noé y en una embarcación de recreo (en el sentido de diversión): entre el pasaje ocasional se cuenta que el Karaoke y los juegos de mesa son obligatorios a bordo, así como las expediciones extenuantes a cualquier islote que se les meta entre ceja y ceja a Sergio e Irene. Porque en su barco y en su papel de anfitriones, la diversión y la sorpresa son obligatorias e irrenunciables. Y, por el momento, nadie ha presentado jamás una reclamación al respecto. Ningún superviviente quiero decir… 😜 Y, por supuesto, es un barco que cuenta siempre con un tripulante especial que descansa en el camarote del oficial al mando y que recibe el sobrenombre de… ADARA.
Irene y Sergio querían algo especial para proyectar el día de su boda. Querían compartir un pedacito íntimo de su historia con todos sus invitados. Creamos con mucho mimo esta pieza y no puedo estar más contento por haber presenciado su emoción y la de sus invitados al proyectar «EL CAOS EN MI ORDEN» en un día tan memorable para ellos. Sergio e Irene, os deseo una feliz y larguísima travesía por los sietes mares, más allá del horizonte y del crepúsculo…